Te conocí en un hotel de siete estrellas,
estabas en la primera habitación
que tenía una puerta entre abierta
aunque esta fuese la trigésima,
y no me quedase ni paciencia ni razón
alabo a esa mujer en su existencia
pues poco a poco entre sus desastres
me fui haciendo camino hacia la cordura.
Los amores no hacen males ni locuras
dejan las puertas abiertas o cerradas
o hacen que no te fíes ni de tus palabras
pero hacen que madures como las frutas,
te conocí en un hotel de siete estrellas,
se llamaba y se llama Madrid
mañana me marcho,no cabe duda,
de un hotel de siete estrellas,
ocho si te contamos a ti.
Fdo:El Caballero de Olmedo.
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