Me arrepiento por todas las mujeres,
por todas a las que hice daño;
por haberlas tenido tanto en mente
por solo unos versos en mil disparos,
y por falsificar ser su creyente
cuando solo las he utilizado.
Pues mi corazón late continuamente
pero no por haberos encontrado.
Vosotras me llamáis narcisista
y yo sólo os valoro como musas
pues protagonizáis mis poesías.
No os creáis diferentes ninguna,
pues he buscado siempre a las mismas chicas,
y yo hace tiempo ya quise a una.
Fdo: El Caballero de Olmedo