Para el día en que divise
las luces matinales
tras hacer contraste
con tu espléndida esencia,
para la madrugada en que despierte
sin haberte tenido en mi frágil mente
ni un segundo de la noche
ni un verso en mis amores,
para el día vivido más triste
haber destinado mi alma a tu presencia
y haber decidido que sólo tu apariencia
era correspondida con nuestra alma,
tan perfecta,tan dañada,
para la mañana en que soñabas
con poder perdernos
y reencontrarnos de nuevo,
para cuando,para cuando,
para el día en que fuésemos olvidados.
Fdo: El Caballero de Olmedo.