sábado, 24 de septiembre de 2016

Poesía III

Hace tiempo que aprendí a leer las estrellas; pero las constelaciones no me hablan y todo porque no les importa ella, todo porque a ninguna las aman. Y ahora Aries yace casi muerta porque Leo le ha robado las palabras, y por eso la Luna me tiene en vela; quiere que yo refrene las mañanas. Todo porque solo vea sus luceros cuando aquel débil sol junto al mar yace mezclándose, haciéndose suyo y nuestro. Todo porque no quiere que la engañe, sabe que tengo amantes en el cielo soy infiel, pero también su único amante. Fdo: El Caballero de Olmedo.

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