Tras haber terminado con nuestra noche
y ya habiendo salido el sol y amanecido
te encontré dormida,yo rodeado por tus brazos
y decidiendo encerme un cigarrillo
vi el humo ascender hacia el cielo.
Te despertaste sobresaltada y con susto
como si el último lugar de tu sueño fuese oscuro
me miraste y decidiste terminar el pitillo,
y vi alejándose de mi cama tus delitos,
tus locuras,tus sueños y tus delirios,
más tarde abandonaste mi cama
para hacerte a la tuya propia
con tu alma y el corte de tu falda,
que vi una y otra vez marcharse por la mañana;
hasta que me hice a la mar y a la batalla
y perdone como tu juez aquellos delitos cometidos,
pues no eran parte de mis sueños
sino que eran parte de mis castigos
pues el pitillo que te acabaste fue el último
que nos fumamos tu y yo antes de dejar de ser infinito
antes de dejar de ser yo tu perdón, y tú mi delito.
Fdo:El Caballero de Olmedo.